10 de abril de 2009

La Ola, o la corrupción de poder



La película de Dennis Gansel, "La Ola", no es una gran obra desde el punto de vista de la realización, tampoco tenemos nada especial que destacar en el montaje, ni en la forma narrativa. Nada que no hayamos visto en multitud de películas de presunto realismo social, sobre bandas adolescentes, drogas, violencia y marginación, a lo que se añade un leve toque documental (tan de moda) pues se basa en unos acontecimientos reales, y por supuesto no pueden faltar los estereotipos y topicazos del género.
Lo que hace interesante la película, es la temática, que parafrasea la experiencia que tuvo en 1967 Ron Jones, un profesor antimilitarista estadounidense (cuya biografía, bastante interesante, podeís leer aqui: http://www.ronjoneswriter.com/index.html) .



La Ola reproduce más o menos en esencia las características del experimento que llevó a cabo Ron Jones para explicar la mentalidad nacionalsocialista, a un alumno incrédulo que puso en duda la expansión tan rápida de la ideología nazi en Alemania. Este experimento consistió básicamente en reproducir y aplicar a un grupo de alumnxs durante una semana, los métodos de adiestramiento nazi, basados principalmente en la creación de una identidad y cohesión de grupo, fortalecida por la definición de un enemigo como alteridad absoluta, la adoración de un líder, y la supeditación de los individuos al conjunto, mediante la abnegación, la uniformización y la disciplina. Tanto en la realidad como en la ficción, el experimento surtió un efecto demasiado rápido y efectivo, es decir se les fue de las manos a ambos profesores, sin embargo, las fatales consecuecias con las que concluye el film nunca ocurrieron en la realidad. Ningún niño se mató ni disparó a nadie.
La acción de La Ola se sitúa en la Alemania contemporánea, y quizás por los ecos que pueda tener el hecho de que el personaje real sea conocido como "el poeta del punk", se presenta al protagonista como un profesor rockero, rebelde e inadaptado. La película, más allá de mostrar un tipo de acontecimiento ocurrido, pretende imprimir su propia ideología: reduce a lo mismo dos formas políticas antagónicas entre sí, (pero opuestas ambas a la democracia capitalista que se defiende), es decir, iguala nazismo y anarquismo, como dos movimientos vacíos y meramente estéticos, propios de tribus urbanas adolescentes.
Se encamina por tanto a lxs espectadores con unos fines ideológicos evidentes, a través de la evolución psicológica de los tres personajes principales, esbozando en cada unx de ellxs, a partir de una opción vital estereotipada y reduccionista, un modelo moral y político. De esta manera, nos encontramos en primer lugar con un profesor "guay", incomprendido y despreciado por sus colegas, que encuentra en La Ola, la forma de imponerse y de hacerse querer, en lugar de retando las normas establecidas, asumiendo la autoridad de un líder. De esta manera, el profesor que supuestamente defendía en un principio, los ideales de la libertad y la anarquía, y que por tanto creería en la abolición de las jerarquías, de las desigualdades y de las injusticias, se presenta como un mero acomplejado rebelde, que en el fondo solo quiere ser respetado y envidiado por sus compañerxs más retrógradxs, e idolatrado y obedecido ciegamente por sus alumnxs. Es decir, que oculta los móviles patológicos de cualquier dictador de medio pelo, o lo que es lo mismo, en su conducta laten el narcisismo y el ansia de poder y de dominio, disfrazados de inconformismo ácrata antisistema. En este protagonista, se identificarian entonces las motivaciones y actitud de un líder de masas megalómano con las de un anarquista, adjudicándoles a ambos un supuesto complejo de inferioridad solapado con una pose "nihilista" o de "rebelde sin causa". Por otro lado, nos encontramos con un alumno marginado, en cuyo hogar las armas son más accesibles y abundantes que las palabras. El adolescente representa al típico chaval de clase media, falto de autoestima, con unos padres poco afectivos, ideológicamente situados en una derecha radical, (es decir el retrato robot que nos ofrecen cada cierto tiempo los telediarios del chico frustrado que acaba a tiros en el colegio o en algún Burguer), y que será el más ferviente seguidor del proyecto, donde encontrará una causa que defender y donde poder realizarse. Para terminar, está la estudiante modelo, representante de la juventud políticamente correcta, con unos padres amorosos y permisivos, una joven culta e independiente, hija del Estado de Bienestar y heredera de sus valores y de su educación progresista, solidaria y liberal. Por tanto, ella se opondrá visionariamente desde el principio al proyecto de La Ola, junto a otra chica que se muestra como la típica hippy con rastas. Estos tres personajes, necesitarán para complementar el cuadro social estereotipado, al grupo de niños pijos y gamberros de padres con mucho dinero que nunca están en casa, al chaval fruto de un matrimonio deshecho y desestructurado, sin padre y con una madre alcohólica, a la chica poco agraciada y acomplejada por ello, y al inmigrante turco, todos ellos, por sus diferentes complejos, o por mero aburrimiento, se suman con entusiasmo al proyecto de La Ola. En conclusión, se muestra una serie de caracteres extremos en adolescentes que justificarán el funcionamiento del experimento.

Una de las paradojas que se extraen rápidamente del film, es que en las familias felices, políticamente moderadas y económicamente acomodadas, con una educación democrática y culta, el experimento no funciona. Sin embargo, surte inmediatamente efecto en los chavalxs insegurxs, marginadxs, débiles, mimadxs o trasntornadxs. Pero ¿porque acudir a prototipos bidimensionales, típicos y manidos? No es necesario justificar el experimento psicoanalizando caricaturas, pues en la realidad ocurrió entre adolescentes bien alimentadxs y educadxs, con sus conflictos como cualquiera. Es más, en la realidad, el pueblo alemán se votó al nazismo, en Italia se creyó en el fascismo, en España, triunfó el franquismo, en Chile, Pinochet murió de viejo...etc En todo caso, lo que vemos en la película es que unos individuos esculpidos por una sociedad generada en un sistema hostil como el capitalista, jerárquico y elitista es un caldo de cultivo de actitudes fascistas. ¿Que adolescente no tiene algún trauma, debilidad o mezquindad? ¿Que ser humano no queire sentirse querido y apreciado por el resto? Si asumimos las premisas de la película, ésta nos conduce hacia una conclusión irrebatible: tenían razón la alumna modelo y la hippy, y el radical e irresponsable profesor suponía un peligro(al igual que el anarquismo y el nazismo). El profesor es castigado y detenido porque no ha alcanzado la mayoría de edad que es necesaria para renunciar a utopías dañinas, y para aceptar la realidad democrática capitalista, su ego y su infantilismo enloquecieron al potencial psicópata, que no pudo soportar tener que renunciar al ideal vacío de La Ola, que para él significaba simplemente estar integrado en un grupo: ser alguien. Es decir, que un profesor de ideas "antisistema" no debe hacerse cargo de adolescentes, pues son manipulables y pueden terminar cometiendo disparates, hasta llegar a matarse a sí mismos o a los demás.
Por otra parte, es importante enfatizar el sentido de la competición entre el grupo de La Ola y el grupo anarquista, también reducido a un estereotipo superficial, en el que se coloca a una banda de yonkis con crestas, enloquecidxs también por la pertenencia a un grupo que sería equiparable al de la ola, es decir, un grupo que solo proporciona una identidad colectiva, bajo una estética y una insignia que no significan otra cosa que "¡Nosotros!" y por prolongación las pintadas no son otra cosa que "Nuestro Territorio"(cual meada de perro). Y como el nosotros se genera como máquina de guerra, es decir, que necesita de un enemigo para consolidarse frente al "Vosotros, que amenazais nuestra identidad y territorio", el film no hace más que vaciar y homogeneizar nazismo y anarquismo através de un fenómeno de guerrillas callejeras, de tribus urbanas propias de la globalización capitalista. Este fenómeno que existe, (y que siempre que haya desigualdades, miseria y marginación seguirá existiendo) responde a la animalización que provoca un sistema embrutecedor y competitivo, que margina y criminaliza a lxs más desfavorecidxs. Este tipo de bandas, normalmente adolescentes, no tienen nada que ver con las ideologías que se proponen como alternativas al sistema político-económico impuesto en la actualidad. En la película por tanto se distorsiona por un lado la noción y el concepto de ciertas ideologías y planteamientos políticos que se oponen el sistema vigente en nuestras sociedades(en un época en que la gente no tiene una educación ni una formación política e histórica en absoluto rica y bastante sesgada y distorsionada), por otro lado, desvirtúa la realidad del experimento, y por último distrae sobre las causas de los problemas que realmente existen en la juventud actual de los países llamados civilizados, (o simplemente los países ricos, o los países occidentalizadores) y tras ellos los países occidentalizados o en vías de desarrollo.

Nadie es incorruptible, el poder saca lo más sucio de cada persona, todxs tenemos debilidades que salen a flote si nos permiten aplastar, dominar y reducir al otro a nuestros caprichos. Un anarquista dejaría de serlo si traicionara un principio básico de su propio ideario, que constituye todo su sistema de pensamiento y es que "el poder corrompe"y que le separa radicalmente en los medios de otras ideologías como la comunista o la socialista. Un anarquista de verdad no asumiría jamás el mando, porque sabe lo peligroso que es y porque conoce la ilegitimidad de las jerarquías y de los gobernantes. Negarse a que exista ese lugar de poder es lo que le caracteriza frente a cualquier otra forma política o económica, no hay privilegiados en una sociedad anarquista, y por eso, (ya que estamos lo aclaramos), tampoco el liberalismo económico es anarquista, porque el anarquismo no se opone al poder del Estado solamente, sino a cualquier forma de dominio, de privilegios, de propiedad privada, de representación o mediación en la administración del poder...y por todo ello es contrario a los dos Amos por excelencia: Dios y Dinero, que en el neoliberalismo terminan siendo uno.
Es ilustrador ver como se le sube el poder a la cabeza al profesor marginado, que de pronto se siente capaz de comer la cabeza a cualquiera, de ser admirado...el idealismo le corrompe pq se convierte en eso que quiere criticar, eso que odia, porque conocer el mal significa volverse malo, como dice Spinoza, igual que conocer la enfermedad significa padecerla, estar enfermo. Imponer una idea siempre es una forma de fascismo..Además en la ola no hay un contenido, se habla de unidad, de ayudarse, de formar parte de algo, de vestirse igual...pero no se habla de defender nada, son consignas vacías, un saludo, un símbolo, pero nada detrás...La Ola podía ser cualquier cosa, le falta contenido, es una mera forma de sociabilización, de agrupación, de animalización, un dispositivo de guerra que se alimenta de la unidad y la cohesión frente a los diferentes, los otros...Como bien dijo Carl Schmitt, ideólogo del nacionasocialismo alemán, la guerra supone enfretarse al otro como totalmente diferente, uno mismo se atribuye todo lo positivo y al otro se le ajudican todos los valores negativoa a exhorcizar, la amenaza por excelencia, sin necesidad de conocerlx. El enemigo como forma de afirmar la propia identidad por negación.
Un/a anarquista coherente no se dejaría enredar en la trampa del conductismo, y no trataría de demostrar algo que sabe, así que negaría por principio la autoridad, que imposibilita la igualdad de derechos, que niega la autonomía y la posibilidad de que cada cual se desarrolle por sí mismx, la cooperación y la idea de una igualdad entre todxs, no el enfrentamiento del ser humano contra el ser humano, no la idea de que el/la otro/a se opone a mi libertad, sino por el contrario que el/la otro/a es la condición de posibilidad de mi libertad, con el otro me construyo en tanto que me reconoce como libre parafraseando a Bakunin. La cooperación entre iguales, distintxs, individuos con sus propios deseos que tratan de llegar a fines comunes, pero sin imponer a nadie las propias inquietudes, sino llegando a acuerdos por la reflexión y la discusión, no imponiendo la voluntad de un gropo (ni minoritario ni mayoritario) ni por la fuerza ni por unas reglas escritas, sino que las reglas se fundan en la recíproca comunicación y en el respeto. Las decisiones se toman según cada circunstancia, entre todxs. La autoridad desemboca en una forma injusta de organización del poder, pq es un comienzo de por sí injusto, algo impuesto, que permite que alguien pueda elegir por el resto, desde sus caprichos, sus crueldades, como obviando la falta de voluntad e inteligencia del resto, e ignorando sus necesidades y deseos... Un/a auténtico/a anarquista opondría su experimento a otras formas de gobierno, hablaría de otro tipo de solidaridad, mostraría lo peligroso del nazismo, lo dañino, sin dañar a los alumnos, les explicaría porque no necesitan un líder, probaría a realizar un experimento desde el asamblearismo para fomentar una cohesiónde grupo libre, solidaria creada por ellos mismos. No se explica la enfermedad enfermando al estudiante, el poder corrompe, al amo/a y al esclavo/a, al político y al votante, al sacerdote y al creyente...

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