11 de mayo de 2011

Aguacate

Camino por mi huerto de sueños y voy recogiendo los frutos que más me apetecen a cada paso. Recolecto por aquí una carcajada, por ahi un océano de espuma, por aquí una mueca bufonesca, más arriba un chiste, más abajo un tomate con forma de gato... Los voy mordisqueando mientras camino en zigzag, evitando los baches y los obstáculos, pero me persiguen y me atacan para evitar que te alcance, para frustrar un abrazo matutino...

No me ves, pero durante las largas horas de espera trepo por el espantapájaros para comprobar si alcanzo a vislumbrarte más allá de las siete vallas que me separan de ti. Siete vallas como cada dia que deshojo de la semana, como cada disciplina que me absorbe dia tras dia, como los pecados que cometería contigo, como las siete heridas que me provoca tu ausencia.

El sueño se trunca recuerdo, y avanzo por los pasillos de tu palacio árabe, me quedo embelesada observando las bóvedas y los arcos... No se cuanto tiempo me quedo contemplando, cuando de pronto una diosa aparece por entre las columnas rodeada de humo. Una diosa blanca, suave, dulce, que se mueve con timidez disimulada. Yo sonrío y me atrevo a acercarme a ella, pero no me ve, avanza siguiendo una luz, avanza hacia el agua...y yo la sigo en silencio, tratando de atrapar su mano. Entonces se detiene, y con ella el mundo. Las arpas quedan mudas, los sitares quedan ahogados bajo su sonrisa, que de pronto me muestra girando la cabeza hacia mi. Se inclina, me coge la barbilla y suspiro...Pero ¿Pq nunca puede reinar la calma? Llega mi tirano el Caos, y los párpados de la diosa se cierran. Su cuerpo se relaja y caemos en el agua, riendo...Estamos en un bar, en una plaza, sobre cojines, sobre una tabla, en una iglesia, en un andén de metro...nos protegemos de la brisa, de la lluvia, del adiós...Tengo frio, busco tus labios, pero desaparecen,desapareces... diosa, bruma, niña...ya no estás!

De nuevo me encuentro en el huerto. Sola, o casi sola. Busco por entre las nubes tus manos, alzo las mias al cielo para que las cubras de besos de nuevo, me suelto el pelo para que lo trences...pero todo es en vano, no me ves. Vas montada en la carroza de la luna, luna traicionera, luna por la que también me dejé arrastrar... Miro al suelo, no quiero ver más. Se que no te encontraré hasta que salga el sol y con sus rayos aclaren los hechizos nocturnos...

Depués de un rato me rebelo contra mi misma, me fustigo, me enfado...y trepando por las palmeras caigo desde una rama, hasta el pozo de las maravillas, y alli estás, sentada en la cama con los pies en el techo. Estás ahi, sonriendo, (a medias), queriéndome (a medias), acariciándome entera, acurrucándote en mi hombro... Ahora sí quiero dormirme de veras, pero lo consigo solo a medias, y no logro cerrar los ojos ni sumergirme del todo en tu reino, Así que sin lograr tampoco escapar del cansancio, me quedo en la duermevela, en el quicio de la puerta, en la mitad de una palabra, en la mitad de un sentimiento...Vibrando sobre el vacío, a punto de hacer sonar la nota cumbre de la ópera...me despierto...y... Ay, estoy harta, grito tu nombre...lo grito de nuevo...pero nada.
Me rindo, me siento en el suelo y recojo un aguacate, lo adoro con la mirada, lo beso, lo corto por la mitad, voy quitándole la piel con mucho cuidado, muerdo su carne suavemente, despacio....y me guardo su corazón en el pecho...a ver si me nace un aguacate.

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